Los pueblos celtas irlandeses celebraban el Samhain (pronunciado sow-in) cada 31 de octubre. Significaba el fin del verano, final de la época de cosechas y coincidiendo con el solsticio de otoño celebraba también la muerte y renacimiento de su dios de la muerte, Samagín.
Se pensaba que durante esa noche, el velo que separaba el mundo de los muertos y el nuestro desaparecía, y los espíritus regresaban durante unas horas. Resulta evidente que los inmigrantes irlandeses que marcharon a la tierra de oportunidades llevaron su tradición con ellos. Así nació el Halloween que conocemos, aderezado con algunos conceptos que el cristianismo transformó en su día de todos los santos. Todas las civilizaciones conocidas de una forma u tenían las mismas ideas, temores y esperanzas.
Halloween, tiene una raíz espiritual basada en el reencuentro y la conexión con los difuntos. Todas las culturas, pueblos y países conmemoran a sus muertos en un intento de mantener cierta conexión con ellos para que no se olvide de dónde vienen y quiénes les acompañaron en algún tramo del camino.
En Chile, no siempre los niños salieron a las calles buscando dulces con “dulces o travesuras” (esa es otra historia). Por años, celebrábamos el día de Todos los Santos y muchos aún lo hacen. Recuerdo que pasamos lindos momentos en el cementerio, en familia, recordando a nuestros seres queridos que ya no están.
Nos levantábamos, íbamos al cementerio a saludar a los abuelos y mi mamá limpiaba las tumbas de nuestra familia en general. En su bolso iban sus guantes, cepillo, detergente, velas nuevas, objetos varios.
A veces, pasaba a ver a amigos y hacia lo mismo; limpiar la lápida, colocar flores frescas, y nos quedamos en el pasto compartiendo . Luego, unas plegarias, y un momento para pensar en ellos.
A mí me gustaba ir a ver a la abuela. Me encanta pensar en ella aún, lo hago cada año. Había tanto que hablar sobre ella. Sentía mucho amor en esos momentos, un poco de melancolía, pero sobre todo amor. Una percepción amplia de lo que nos rodea y la dicha de estar vivos.
Pero no es necesario ir hasta el cementerio para sentirlos cerca; un lugar tranquilo, una vela, una foto, un aroma que te haga sentir bien y una carta. El ejercicio de hablar en voz alta, contarle como estas, cerrar un tema. Perdonar. Reconciliarse.
Tal vez, esta sea la fecha perfecta para eso. Dia de todos los Santos o Halloween, lo importante es recordarlos, y recordarse, quien es uno y de donde viene.
Recuerden tener a mano un rollers SOS ánimo plus para después del ritual,
y una sinergia Harmony durante ese momento para sentirse emocionalmente sostenida.
¿A quién recordarás en estos días? ¿Prefieres ir al cementerio o recordarlos en casa?
con cariño
Silvia.